María Santísima del Dulce Nombre

La imagen de María Santísima del Dulce Nombre es también obra de Francisco Berlanga de Ávila (Sevilla, 1958), al igual que el resto de imágenes del misterio. Es una imagen de candelero en madera policromada para vestir. Mide 1’72 m y refleja el instante en que María rompe a llorar y sus manos están en actitud de llevarse una a los ojos para enjugar las lágrimas.

Al igual que la imagen de Jesús de la Humildad, los orígenes de la imagen se remontan a la etapa anterior de la cofradía, como Hermandad de Jesús ante Caifás. El contrato que firma la hermandad en 1992 con Francisco Berlanga especifica que la imagen de la Virgen (entonces prevista bajo la advocación de María Santísima del Desconsuelo) se basaría “en un original mío de 1984 realizado para Sevilla”, en alusión a la imagen de María del Carmen Doloroso de Sevilla, con la que presenta un evidente parecido. El presupuesto para su ejecución era de 700.000 pesetas. Al igual que ocurría con la imagen de Jesús, se comprometía a tenerla acabada para la Cuaresma de 1994. La imagen fue bendecida en una función solemne que se celebró el 19 de marzo de 1994 a las 12 del mediodía en la iglesia de Santa Mónica, por el obispo auxiliar de Zaragoza don Carmelo Borobia Isasa.

Con la advocación de María del Dulce Nombre la Iglesia celebra el nombre que recibió la Santísima Virgen (según la tradición judía, ocho días después de su nacimiento), agradeciendo los beneficios y gracias que sus fieles reciben por su mediación. Aunque en España ya hay constancia de la celebración de esta fiesta en el siglo XVI, fue el papa Inocencio XI quien instituyó esta fiesta en 1683.