1. Identidad y Tradición
Ser nazareno implica formar parte de una rica tradición cultural y religiosa que se remonta a siglos atrás. Los nazarenos son miembros de nuestra hermandad que participan en las procesiones de Semana Santa, llevando consigo un profundo sentido de identidad y pertenencia a su comunidad.

2. Vestimenta
Los nazarenos visten el hábito completo de la Hermandad, que son elementos distintivos de su atuendo. Esta vestimenta no solo es un símbolo de humildad y penitencia, sino que también representa la devoción y el compromiso con la fe.

3. La Vela
Uno de los elementos más emblemáticos que acompaña a los nazarenos es la vela. Al portar una vela encendida, los nazarenos simbolizan la luz de la fe y la esperanza. La vela también representa la penitencia y el sacrificio, ya que su llama es un recordatorio de la Pasión de Cristo. Caminar con la vela en mano es un acto de devoción que conecta al nazareno con su espiritualidad y con la comunidad que lo rodea.

4. Penitencia y Reflexión
Ser nazareno es también un acto de penitencia. Muchos nazarenos participan en las procesiones como una forma de expiar sus pecados y reflexionar sobre su vida. Este tiempo de introspección es fundamental durante la Semana Santa, ya que permite nuestros hermanos acercarse a su fe y a los valores que esta representa.

5. Participación en la Comunidad
Los nazarenos no solo caminan en procesiones; también son parte activa de su comunidad. A través de su participación en nuestra Hermandad, contribuyen a la vida social y espiritual de su entorno, fomentando la unión y el apoyo mutuo entre los miembros.